"Es fútbol. Hay que aceptarlo". Con este latiguillo, repetido usualmente por el entrenador del C.D. Tenerife, José Luis Oltra definía el calvario a nivel mediático y de entorno, que ha tenido que sufrir en los últimos días, después de las declaraciones del presidente y las aclaraciones consiguientes por parte del director deportivo. No quiso sacar pecho después de la victoria, mostrándose con un gesto serio, algo distante, en la rueda de prensa posterior al partido, que pone de manifiesto su incomodidad ante el chaparrón que ha tenido que soportar en esta semana que termina con un Tenerife en puesto de ascenso, aunque esté empatado a puntos con varios equipos en el tercer puesto. Sería reiterativo posiblemente, volver a recordar aquí mi apuesta futbolística por este técnico, dejando de un lado mis simpatías personales hacia el protagonista, apuesta que como más de uno se encargará de recordarme, ha venido salpicada por críticas constructivas en determinados momentos , en los que lo he considerado oportuno.
De manera repetida en las últimas semanas, hemos venido comentando la necesidad de ver a Alfaro por el centro, la oportunidad de dar los galones de mando a Ricardo en el medio campo, la obviedad de sacar del once a un Oscar Pérez que no es el mismo de la temporada pasada, la sensación clara de que Pablo Sicilia, dado su estado de forma, debe ser titular indiscutible y el deseo de que Cristo Marrero debía entrar por lo menos en las convocatorias. Para comprobarlo, basta echar un vistazo a entradas anteriores en este blog. No se trata de apuntarse medallas, pero Oltra se ha ido dando cuenta progresivamente de algunas de estas cuestiones , y ha realizado modificaciones a tiempo.
Lo dije desde que volví de las vacaciones y empezó la temporada. Se lo comenté a Miguel Concepción y a Santiago Llorente : había gente interesada en esta isla, en que Oltra se equivocara a las primeras de cambio para echarle, y empezar un nuevo proyecto con un nuevo entrenador. Algunos piensan que incluso desde dentro del club. El entrenador de NUESTRO EQUIPO no se merece eso. El entrenador de NUESTRO EQUIPO no puede tener el enemigo en casa . No voy a recurrir al fácil argumento de que estamos en puesto de ascenso porque sólo se han disputado seis jornadas y por tanto la clasificación es anecdótica. Sólo quiero decir que el entrenador de NUESTRO EQUIPO, y NUESTRO EQUIPO, necesitan un entorno constructivo y no destructivo , en el que la diversidad y disparidad de opiniones, posiblemente en ocasiones de signo contrario a las del técnico, ayuden a enriquecer y no destruir.
Termino hoy, si lo me permiten, con un proverbio árabe : LA PACIENCIA TIENE RAÍCES MUY AMARGAS, PERO FRUTOS MUY DULCES...
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