Permítanme la licencia en el día de hoy de acercarme a la vecina isla, a la que miramos por el rabillo del ojo en tiempos malos y buenos. Lo que ha ocurrido allí es de auténtica vergüenza. Nunca me cayó bien Juan Manuel Rodríguez, pero lo que le han hecho el director deportivo y el nuevo entrenador es escandaloso. La bajada de pantalones de Juanito demuestra su nula dignidad futbolística y su apego a la poltrona, más allá de la incapacidad de gestionar una situación de amotinamiento por parte de los jugadores. De Juanito y Vidales, tanto monta, monta tanto, se podía esperar, pero lo que no entiendo es como un hombre del prestigio de Miguel Angel Ramírez, cuya gestión le ha avalado hasta la fecha, ha tragado con todo esto. Si esto pasa en un equipo de primera la magnitud del escándalo hubiera sido impredecible. ¡ Cómo se ve que la segunda importa muy poco a nivel nacional ! ( salvo los chanchullos de final de temporada por los ascensos ) .
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