Sentimiento a flor de piel. Eso es lo que vivimos ayer en el Rodríguez López. Comunión inmaculada entre el tinerfeñismo de a pié y los componentes de una plantilla que empiezan a creerse que este equipo es una grande de la categoría. Lo creen ellos, lo cree la afición y lo creen los rivales. Más sincero no pudo ser el técnico visitante, que acabó rindiéndose ante la "monumental pegada de un clarísimo candidato al ascenso". Los 18305 de ayer estuvieron majestuosos propiciando un ambiente en el recinto de la calle San Sebastián digno de las mejores citas de aquellos históricos 90. Este Tenerife lleva puesta la directa hacia la primera división, pero la prudencia no debe quedar aislada en un cuarto oscuro.
El papel de dosificar este caudal de euforia les queda ahora a los profesionales en primera persona , y en primer término , al mister José Luis OLtra, que sabe que aún restan 19 obstáculos en el camino. Efectivamente hay que ser prudentes y no lanzar las campanas al vuelo, porque aquí queda mucha tela por cortar y demasiados equipos aporreando la puerta del éxito. ¿Hay motivos para ser optimistas? Sí, muchos. El principal, la capacidad de este grupo, de sacar adelante partidos en las situaciones más diversas : partidos como el de ayer embarullados, incómodos, partidos en los que el rival se abre, partidos en los que el rival se cierra, partidos fuera de casa, partidos en el Rodríguez López, partidos en los que empiezas encajando, partidos en los que te adelantas.... El abanico de recursos es muy amplio y el Tenerife se siente seguro en todas esas situaciones. Sólo falta una asignatura pendiente, la de ganar a los equipos de arriba en la segunda vuelta. Si se consigue, medio objetivo estará en el bolsillo. De momento, señores, sigan disfrutando....
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